miércoles, 8 de agosto de 2012

Patria grande (transgénica

Patria grande (transgénica)

Lavaca

El monocultivo de la soja avanza en Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay provocando desmontes, concentración de tierras y desalojos. Una investigación del Centro para la Bioseguridad de Noruega revela la cartografía geopolítica y económica del modelo.
La patria grande sojera está conformada por Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Los cinco países cuentan con 47 millones de hectáreas con soja transgénica, pilar del modelo de un modelo más amplio: los agronegocios, con alto consumo de agroquímicos y en el cual las principales beneficiarias son empresas transnacionales del agro. Este modelo, con mayor incidencia del capital concentrado y consecuencias sociales y ambientales, se ejecuta en momentos donde la región tiene gobiernos autodenominados de “izquierda” o “progresistas”.’
La soja abarca:
  • El 66% de la tierra cultivada de Paraguay.
  • El 59% de Argentina.
  • El 35% de la tierra cultivada de Brasil.
  • El 30% de Uruguay.
  • El 24% de Bolivia.
  • Entre los cinco países, el 44% de la tierra cultivada tiene un sólo cultivo: soja.
Agricultura industrial
La historia de la soja en la región se remonta a más de cien años atrás. Sin embargo, ha sido en los últimos 40 años, y particularmente en los últimos 20, que ha experimentado una rápida transformación y expansión a través de un modelo de agricultura industrializada”, explica la investigación Producción de soja en las Américas: actualización sobre el uso de tierras y pesticidas, producido por la reconocida Fundación Centro para la Bioseguridad de Noruega, de reciente publicación. Allí se aborda por primera vez en clave geopolítica la sojización como problemática regional.
El trabajo analiza en detalle la situación de Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia. Y encuentra similitudes: la soja transgénica avanzó en todos los países, implicó el avance sobre nuevos territorios (desmontes mediante), hubo retroceso de otros cultivos, incrementó notablemente el uso de agrotóxicos y los cinco países han puesto amplios sectores de su territorio a disposición de las necesidades de Europa y Asia. Algunos datos:
  • Desde 1996, cuando se aprobó la soja transgénica en Argentina, el área sembrada aumentó en 25 millones de hectáreas en 14 años.
  • Brasil y Argentina son los alumnos más aplicados del modelo de agronegocios. Concentran el 90% de la superficie de soja de la región: 23 millones de hectáreas en Brasil, 19 millones en Argentina.
  • “En el 2009, Brasil, Argentina y Paraguay registraron los mayores índices nacionales de incremento de la superficie sembrada con este cultivo”, precisa la investigación, y detalla:
  • En 2010, los cinco países sembraron 47 millones de hectáreas con soja. De este total, Brasil representó el 50%, Argentina el 40%, Paraguay el 6, Bolivia y Uruguay el 2, respectivamente.
  • El 36% de la tierra arable de Brasil, el 59 de Argentina y el 66 de Paraguay estuvieron ocupadas con soja.
  • “La etapa de crecimiento acelerado se inició con las aprobaciones de variedades de soja genéticamente modificada para producción comercial”, afirma el trabajo y fija la fecha en 1996, cuando en Argentina se aprobó (sin estudios del Estado nacional) la soja transgénica.
Consecuencias:
  • En 1991, en Argentina se sembraron 5 millones de hectáreas son soja. En 2010, fueron 19 millones de hectáreas.
  • En el mismo periodo, Bolivia pasó de 190 mil hectáreas a 920 mil.
  • Brasil pasó de 9,6 millones de hectáreas a 23 millones.
  • Paraguay de 550 mil a 2,7 millones.
  • Uruguay de 20 mil hectáreas a 860 mil.
  • Entre los cinco países, se pasó de 15 millones de hectáreas a 47 millones.
Al aumentar el área sembrada, también se aumentó el volumen de la cosecha. En 2009, la producción total del Cono Sur fue de 116 millones de toneladas, de las cuales 57 y 52 millones fueron cosechadas en Brasil y Argentina, respectivamente. Estos volúmenes de producción posicionaron a Brasil como el segundo y Argentina como el tercer productor de soja a nivel mundial. En el 2010, ambos países aumentaron su producción: 68 millones en Brasil y 50 millones en Argentina.
Menos bosques
El Centro para la Bioseguridad de Noruega precisa que:
  • En 1991 Argentina contaba con 34,5 millones de bosques. Y en 2009 se había reducido a 29,6. Una disminución del 14%.
  • En Bolivia disminuyó un 8%: de 62 a 57 millones.
  • Brasil bajó un 9%: de 571 a 521 millones de hectáreas.
  • Paraguay, un 15%: de 21 a 17 millones.
En base a datos de la Dirección de Bosques Nativos de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, se establece que en Argentina, entre 2003 y 2004, 550 mil hectáreas de bosque fueron reemplazadas por soja en las provincias de Chaco, Formosa, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. “Mientras el área cultivada con soja incrementa rápidamente, las zonas de bosque se reducen”, resume el informe.
En nuestro territorio y en 1991 el área de bosque era casi 7 veces mayor que la cultivada con soja. Antes de la fiebre del monocultivo la relación era la siguiente: por cada hectárea de soja, existían casi 7 hectáreas de bosque. En 1996, el año de aprobación de la soja transgénica, la relación bosque-soja descendió a 4,96, y en el 2009, a 1,62.
Retroceso de cultivos
A medida que aumenta la superficie sembrada con soja, además de los bosques, disminuyen otros cultivos:
  • El área sembrada con soja en Brasil se incrementó en un 67% entre 2001 y 2010, mientras que el maíz se incrementó sólo un 4%.
  • En Bolivia, el área total cultivada con maíz se redujo en un tres por ciento en tanto la soja se incrementó en un 50%.
  • En Paraguay, durante el mismo período, el cultivo de yuca disminuyó en un 27% y el de soja se incrementó en 99%.
“El caso más dramático se ha registrado en Uruguay, donde el girasol se redujo en 72% mientras que la soja incrementó 70 veces del 2001 al 2010”, alerta la investigación. En Uruguay, en la última década, las pasturas destinadas a la producción de ganado lechero se han reducido en un 15% (150 mil hectáreas), mientras que las pasturas para la producción de ganado de carne se han reducido en un 30%. “Los principales países productores de soja en el Cono Sur han reducido su suministro local de alimentos desde 1996”, afirma la organización noruega.
Pocas manos
La mayor parte de la producción de soja en el Cono Sur se practica en predios mayores a 500 hectáreas.
  • En 2006 en Brasil, el 5% de los productores de soja concentraron el 59% del total del área sembrada con este cultivo.
  • En Bolivia, en la temporada 2009/10, el 2% de los productores ocuparon el 52% del total de la superficie con soja.
“Este proceso de concentración de tierras en pocos propietarios ha ido acentuándose. En consecuencia, un número cada vez menor de productores manejan superficies cada vez más extensas, llegando a unidades de manejo hasta de 2.500 a 5.000 hectáreas en Argentina, Brasil y Paraguay”, señala la investigación.
El informe ratifica lo que organizaciones campesinas y numerosos investigadores alertan desde hace una década: la producción de soja y concentración de tierras van de la mano. Y obedece a un círculo vicioso: la mayor parte de la producción proviene de sistemas agrícolas altamente industrializados (semillas transgénicas, agroquímicos, maquinarias). La intensa industrialización de la producción implica el incremento de la capacidad de inversión de los productores, lo que deriva en la paulatina marginalización de los agricultores de pequeña escala o con reducida capacidad de inversión.
  • En Paraguay, en el 2005, el 4% de los productores de soja manejaron el 60% del total de la superficie con este cultivo.
  • En Brasil, en el 2006, el 5% de los productores de soja manejaron el 59% del total del área dedicada a ese cultivo.
  • En Bolivia, durante la temporada 2009/10, el 2% de los productores de soja controlaron el 52% de la superficie de producción.
  • En Argentina, en el 2010, más del 50 % de la producción de soja estuvo controlada por el 3% del total de productores, a través de extensiones de más de 5.000 hectáreas.
  • En Uruguay, en 2010, el 26% de productores controló el 85% del total de tierras con soja. En ese mismo año, el 1% del total de los productores tuvieron a su cargo el 35% de la superficie cultivada con soja.
Más veneno
La amplia adopción de la soja transgénica y la implementación de la siembra directa son las principales causas del aumento geométrico del uso de agroquímicos, en particular del glifosato. Otro factor es la aparición de malezas resistentes al herbicida, lo que provoca el aumento del uso de otros agrotóxicos complementarios y más tóxicos (24D y paraquat). “El herbicida paraquat ha sido prohibido en Europa, pero su importación y aplicación en el Cono Sur va en ascenso”, denuncia la investigación.
  • El paraquat es el ingrediente activo de uno de los herbicidas más utilizados: gramoxone, desarrollado por la compañía suiza Syngenta. “Estudios toxicológicos han vinculado al paraquat con desórdenes neurológicos (por ejemplo, la enfermedad de Parkinson) y reproductivos. Por esta razón, en el 2003, paraquat fue prohibido en trece países de la Unión Europea”, afirma el trabajo y recuerda que, finalmente fue prohibido en 2007 en toda la UE.
  • En Argentina, en el 2010, se utilizaron 1,2 millones de litros.
  • En el Bolivia, en 2008, 1,7 millones de litros.
  • En Brasil, sólo en los cinco mayores Estados productores de soja se usaron 3,3 millones de litros de paraquat durante 2009.
Geopolítica
La investigación resalta que la producción masiva de soja en el Cono Sur es “ampliamente influenciada por la globalización de la economía”, ya que la demanda se origina “en regiones geográficamente distantes”: Europa y China. ¿Cuál es el destino de esa soja que azota los suelos latinoamericanos? Alimento animal y materia prima de agrocombustibles. Concluye este informe: “La demanda de soja en Europa impacta la dinámica del uso de tierras y pesticidas en América del Sur”. Y detalla las implicancias socioeconómicas directas: “Las necesidades locales (por ejemplo, la demanda de productos no destinados a la exportación) pierden su relevancia en la dinámica productiva. Un ejemplo claro es el uso de insumos peligrosos (paraquat) o tecnologías riesgosas (la producción de soja transgénica) en los países productores del Cono Sur, cuando paralelamente éstos mismos insumos y tecnologías están prohibidos en las regiones donde se origina la demanda (Europa). Existen estándares diferenciados de protección ambiental y salud pública entre los lugares donde surge la demanda y donde se producen commodities”, asegura.
Corporaciones
El modelo de agronegocios, del cual la soja es sólo su cara más visible, se caracteriza por el control que ejercen las grandes transnacionales del agro. Una situación emblemática se evidencia en el mercado de semillas: “En la primera mitad del siglo XX las semillas estaban indiscutiblemente en manos de los agricultores y en el sector público. En las décadas posteriores, las monopolizan los gigantes genéticos: el poder corporativo. Y así marcan la frontera final en la mercantilización de la vida”. Veamos cómo:
  • El mercado de semillas patentadas representa el 82% del mercado de semillas comerciales en todo el mundo.
  • En 2007, el mercado global de semillas patentadas comerciales era de 22.000 millones de dólares.
“Las diez principales compañías obtienen 14.785 millones de dólares, el 67% del mercado mundial de semillas patentadas”, precisa. Las principales empresas de semillas son Takii (Japón), DLF-Trifolium (Dinamarca), Sakata (Japón), Bayer Crop Science (Alemania), KWS AG (Alemania), Land O’ Lakes (Estados Unidos), Groupe Limagrain (Francia), Syngenta (Suiza), DuPont (Estados Unidos) y Monsanto (Estados Unidos).
“En menos de tres décadas un puñado de corporaciones multinacionales ha creado un rápido y feroz cerco corporativo en torno al primer eslabón de la cadena alimentaria”, explica el Grupo ETC y detalla que Monsanto controla el 23% del mercado mundial de semillas patentadas. “Las semillas y rasgos biotecnológicos de Monsanto (que incluyen las cedidas bajo licencia a otras compañías) representan el 87% del área total mundial dedicada a semillas manipuladas genéticamente en 2007”, detalla la investigación del Grupo ETC.
El modelo
El 15 de junio pasado, en un almuerzo en la sede del Consejo de las Américas y frente a las mayores empresas estadounidenses, la presidente Cristina Fernández de Kirchner relató:
“Hace unos instantes estuve con Monsanto, que nos anunciaba una inversión muy importante en materia de maíz (…) Y además estaban muy contentos porque Argentina hoy está, digamos, a la vanguardia en materia de eventos biotecnológicos. Aquí tengo, y esto la verdad que se los quiero mostrar porque estoy muy orgullosa, el prospecto de Monsanto. Vieron que cuando hacen prospecto es porque ya está hecha la inversión, sino no te hacen prospecto. Así que una inversión muy importante en Malvinas Argentinas, en Córdoba, en materia de maíz con una nueva, digamos, semilla de carácter transgénico, que se llama Intacta”.
Esa misma semana se desarrollaba en Córdoba el primer juicio penal por fumigaciones con agrotóxicos. Luego de diez años de lucha, la organización Madres de Ituzaingó Anexo (mujeres organizadas luego de que sus hijos y vecinas enfermaran) llevó hasta tribunales a dos productores sojeros y un aerofumigador.
La Presidenta explicó que el anuncio de Monsanto ayudaría a la concreción del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), un programa detallado de metas gestado por el gobierno nacional, las provincias, empresas y académicos que se fija como objetivo, entre otros puntos, aumentar un 60% la producción granaria: pasar de las 100 millones de toneladas (la mitad es soja) a 160 millones para 2020. Lo que implicará avanzar sobre nuevos territorios, hoy en manos de campesinos y pueblos originarios.
El miércoles 27 de junio, desde San Luis y por cadena nacional, la Presidenta dio un paso más:
“Yo sueño con que en mi Patagonia, que es una estepa, también podamos hacer producción intensiva de follaje de maíz (…) Sabemos que vamos a producir también un maíz con una variedad transgénica que nos va a permitir, precisamente en ese lugar, constituir una las zonas donde podamos extender toda la frontera agropecuaria y la ciencia y la tecnología”.
El informe:
La investigación “Producción de soja en las Américas: actualización sobre el uso de tierras y pesticidas” fue coordinado por la investigadora Georgina Catacora Vargas, del Centro para la Bioseguridad de Noruega, espacio dedicado a la investigación y la docencia en la tecnología genética y sus consecuencias en el ambiente y la salud. El relevamiento y procesamiento de información llevó seis meses de trabajo de investigadores y periodistas de Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia (este redactor fue la contraparte argentina de la publicación). De 50 carillas, repleto de estadísticas y gráficos, aborda una realidad muy conocida en cada uno de los cinco países, pero pocas veces tratado como fenómeno regional. Fechado en enero de 2012, fue difundido públicamente el 6 de agosto de 2012.
Esta síntesis fue publicado en la edición de julio de nuestra revista Mu, el periódico de lavaca.
Fuente: http://lavaca.org/notas/patria-grande-y-sojera/

¿Podria ser Paraguay el Sarajevo del siglo XXI?


¿Podria ser Paraguay el Sarajevo del siglo XXI?


Carlos Verón

Rebelión

El día pasado 7-08-12, el diario paraguayo ABC publica que “Congresistas norteamericanos monitorean la triple frontera. Los congresistas que habrían llegado el día de ayer, estarían en la triple frontera de Paraguay, Argentina y Brasil para investigar las posibles conexiones en esa zona de financistas del terrorismo” (en el Chaco paraguayo están los cimientos para la instalación de una monstruosa base aérea norteamericana). El hecho no alarmaría si se diera cuando EEUU controlaba en forma absoluta a una uniforme e incondicional América Latina. Pero en el actual contexto, puede dar lugar a prospecciones espeluznantes.
Si el imperialismo tuvo su centro en Europa, las dos grandes conflagraciones a las que se llamó guerras mundiales, se produjeron en esa región del mundo.

A partir de las evidentes disputas por el petróleo en Medio Oriente, parecía que el inicio y epicentro de una conflagración mundial, sería esa parte del planeta. Si los peligros de guerras mundiales siempre tuvieron como fundamento central, las disputas de territorios y recursos, era para pensar que esa región rica en hidrocarburos confirmaría esa convicción. Pero a partir de que trasciende la información que en América Latina estaría la mayor reserva de petróleo y gas en el mundo, además de uranio, no sería muy absurdo pensar, que el epicentro de una tercera guerra mundial, fuera América Latina. Y como la conflagración necesita de un detonante, no se descartaría que ese ingrato rol le corresponda a Paraguay. Una reedición de Sarajevo en el siglo XXI.
Paraguay al igual que Sarajevo es un pequeño país enclavado en los dos más grandes estados de Suramérica, tradicional patio trasero del imperio capitalista norteamericano, desde donde se yergue por primera vez un proyecto hegemónico que le disputa espacios y adonde consecuentemente, al pretender EEUU la instalación de un enclave en Paraguay para contrarrestar el ascenso de su contrapeso, se podría –por qué no- constituir en lo que fue Sarajevo en 1914, para desencadenar la primera guerra mundial.
No es que se quiera hacer catastrofismo de ciencia ficción ni paralelismos forzados. Pero si se produjera una tensión consecuente de la penetración norteamericana en Paraguay para su proyecto de enclave en la región ahora, se estaría enfrentando con el proyecto hegemónico emergente de Suramérica, (Brasil) que desde esa condición está dando muestras indisimuladas del gran celo que tiene de preservar los recursos naturales de la región. Por ejemplo, la reserva amazónica y las ingentes reservas mineras de un valor incalculable.

Desde ese nuevo proyecto y la configuración de esta inédita bipolaridad al interior de América, cuesta creer que Brasil se cruzará de brazos ante el intento de una penetración grosera de EEUU en Paraguay.

Hace no mucho tiempo, David Harvey hablaba de desplazamientos tectónicos que se producen generalmente en el marco de crisis financieras, para la emergencia de nuevas potencias hegemónicas (D.Harvey “Por qué está condenado al fracaso el paquete de estímulos económicos” Sinpermiso 15-02-09). Y es en esos escenarios que modifican el mapa mundial, que se desatan conflagraciones mundiales. Y no caben ya dudas a esta altura, de la emergencia de China como futura primera potencia, que avanza en proyectos de intercambio con el bloque Mercosur, negociación que estaba dificultada antes de la suspensión de Paraguay, en vista de su relacionamiento vigente con Taiwan.

Estos avances más la incorporación de Venezuela al bloque y la posible próxima incorporación de Chile y Perú, estarían restando fuerza al proyecto trazado desde EEUU, la “Alianza del Pacífico”.

No caben dudas de que EEUU está perdiendo el control de lo que fue históricamente su patio trasero. Y con el despliegue de recursos actualmente en medio oriente, no sabemos si tendrá la capacidad de contrarrestar el nuevo contrapoder que emerge en América Latina.

Mientras tanto en Paraguay, todavía no se aclara el panorama electoral programado para el próximo abril del 2013 y las incursiones foráneas y las tensiones en la región, parecen no hacer mella en el espectro político local.



Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.






Conoce la agenda secreta de ganaderos para robar tierra de indígenas aislados

El proyecto de construcción de un nuevo dique de agua en Paraguay desvela la intención de talar más bosque ayoreo para ganado
Conoce la agenda secreta de ganaderos para robar tierra de indígenas aislados

Canal Solidario La agenda secreta de una importante empresa ganadera en Paraguay ha sido descubierta por fotografías vía satélite que muestran un tajamar o pequeño dique de agua de nueva construcción. El dique desvela la intención de la firma de talar un bosque cercano perteneciente a un pueblo indígena no contactado. Siguiendo un patrón característico de la región del Chaco, los terratenientes primero fabrican enormes contenedores de agua antes de proceder a clarear extensiones de bosque para el ganado. La construcción del tajamar o dique por Carlos Casado S.A pone a sus vecinos indígenas, especialmente a aquellos no contactados, en peligro inmediato. Este pueblo indígena cazador-recolector depende del bosque para su supervivencia. La organización ayoreo OPIT ha hecho un llamamiento al Ministerio de Medio Ambiente de Paraguay para que intervenga y prevenga este tipo de deforestación ilegal. Ha pedido al Gobierno que “nos ayude a administrar nuestros bosques, que hemos estado intentando proteger y recuperar el título desde 1993”. Esta es una de las muchas controversias que sacuden la zona del Chaco en los últimos meses. El pasado mes de junio, Survival International sacaba a la luz una elaborada estratagema desarrollada por los terratenientes ganaderos con la que pretendían engañar a los ayoreos para que les permitieran construir una carretera que atravesaría sus tierras. La carretera propuesta habría pasado cerca de la tierra de la firma Carlos Casado, permitiendo a la empresa introducir en la zona miles de cabezas de ganado. Según se ha sabido, la empresa había estado negociando la venta de la tierra al Departamento de Paraguay para Asuntos Indígenas (INDI), con la idea de devolvérsela a los ayoreos. Pero la inestabilidad política y la reciente destitución del presidente Lugo, ha puesto los derechos de los ayoreos al final de la cola. El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado: “Los diques de agua en el Chaco son señal de una cosa: la llegada de las excavadoras. No hay duda de que a medida que las haciendas ganaderas se vayan expandiendo y los bosques sean destruidos, los ayoreos no contactados desaparecerán. Este patrón tiene que llegar a su fin”. Fuente: http://www.canalsolidario.org/noticia/conoce-la-agenda-secreta-de-ganaderos-para-robar-tierra-de-indigenas-aislados/30191